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OJO, PESTAÑA Y CEJA ANTE LA TROPELÍA CAVIAR

Contra todo pronostico, fue nombrado embajador del Perú ante la OEA Vicente Zeballos, el ex jefe del gabinete ministerial mediocre, autoritario, golpista y mal padre. Su designación –como señalan diversos analistas políticos, premia a la “ineptitud y el servilismo” de alguien que cuando fue congresista traiciono al Parlamento aliándose a las bancadas PPK, Frente Amplio y Nuevo Perù, para alentar el golpe de Estado dado por Martín Vizcarra.


El editorialista del diario Expreso advierte que Vicente Zeballos “no es un profesional en las artes de la diplomacia internacional para representar decentemente a nuestra nación sino, más bien, un mandadero para defender con las garras cualquier fraude electoral en el Perú”, en tanto la OEA sigue siendo formalmente el ente Interamericano que valida –o invalida– los procesos electorales en los países de esta zona.


En esa línea, tengamos presente que el jefe del gabinete ministerial, Walter Martos, ya anuncio una campaña publicitaria a nivel nacional de 140 millones de soles, supuestamente, "para concientizar a la población sobre el riesgo que existe de que acudan a reuniones sociales en el actual contexto de la pandemia del coronavirus", pero que en la practica será la compra de la línea editorial de los medios para que le sirvan de portátil, tal cual se hace con las encuestadoras para que manipulen cifras y pongan como candidatos presidenciales para el 2021 a sus allegados George Forsyth, Daniel Urresti y Julio Guzmán.


Todo esto debería llevar al Congreso de la República – si tuviera dignidad- convocar a una sesión plenaria urgente para pedirle explicaciones al canciller sobre la designación de Zeballos, pues ha significado sacar a un diplomático de carrera que venia representando al Perú en la OEA, y terminar en una censura; aunque, lamentablemente, esto no va a pasar, porque el nuevo Congreso actúa como el furgón de cola del gobierno.


A todo esto, se suma el hecho de que tenemos un Ministerio Publico, un Poder Judicial, sin autonomía, ni independencia, asì como magistrados de Tribunal Constitucional que le siguen el juego a Vizcarra y a los caviares, emitiendo fallos en favor no de la población, sino de algunos intereses económicos (Odebrecht), en un evidente afán de aferrarse al cargo, a pesar de que seis de ellos han concluido su mandato hace casi un año.


Ahora resulta que personajes como el inausto Vicente Zeballos y conocidos periodistas ayayeros del gobierno salen a decir que el Congreso que se elija el 2021 sea el que designe a los magistrados del TC, argumentando que este Congreso, que ellos alentaron, no es el idóneo, obviamente, porque ya sospechan que no saldrán los que ellos quieren. Ante tal situación, esperamos que los congresistas no se dejen intimidar por estos caviares canallas que quieren seguir manejando a su antojo el aparato estatal y cumplan su labor constitucional; los peruanos estamos cansados de los golpes de facto.


Juan Miguel Soto Villoslada

Sociólogo - Periodista



 
 
 

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