La pandemia ha expuesto lo mejor y lo peor de nosotros. Lo mejor resultaron ser la solidaridad y la creatividad surgidas en confinamiento, en días en que el arte también se convierte en una fiel herramienta de evasión.
Varios compositores de nuestro medio han adaptado letras referentes al Covid -19, utilizando melodías conocidas. Hoy rebotan por redes con miles de likes que las volvieron virales. En ese ejercicio por hacer lo que más le gusta, encontramos al pativilcano César Reyes Macedo, egresado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y veterinario de profesión. Reyes, quien ha escrito rimas sobre este virus que nos tiene atormentados y encarcelados en nuestras casas, enfrenta la pandemia con positivismo. Encara al coronavirus y le restriega aquella fuerza que los peruanos unidos somos capaces de desplegar, a punta de coraje. No son solo rimas que animan. Reflejan el patriotismo que él nunca ha dejado de mostrar en cuanta actividad social se lo permite. No han cambiado sus valores con esta nueva manera de vivir, y sus vecinos lo saben. Todos los días, en la calle Trujillo de Magdalena, es César quién sale a su balcón, bandera en mano, a entonar canciones criollas o recitar algún poema.
Sus amigos del colegio conocen de su solidaridad, y él se mantiene pendiente porque pudo ser uno de aquellos que hoy enfrentan al virus en el campo de la salud. Cuando era niño, todos en su aula sabían que deseaba ser doctor. Hace muchos años escribe décimas y rimas en sus momentos de soledad. Ha sido influenciado por el gran maestro Nicomedes Santa Cruz al que descubrió en su niñez. Lo impactó para siempre por su amor al Perú y la capacidad de síntesis en su obra.
Reyes Macedo se considera un callejero empedernido. Añora en estos días la libertad, que ve cada vez más lejana, después de que el gobierno decretara 38 días más de cuarentena. Disfruta el tiempo con su esposa y sus dos hijos. Por poco, el virus impide el regreso de la mayor, recién llegada de China. Ya aquí, sana y salva, alegra los días de su padre, quien no hubiese dudado en llegar nadando al país asiático, si ella no volvía. Así es él, apasionado, buen padre, buen amigo y hombre valiente cuando se trata de enfrentar los problemas.
Para el autor de Oye, Covid -19, escribir se convierte en un reto personal. Quiere transmitir lo que está sintiendo sobre los temas que más ama, como su madre, su familia y su país. Como Gerente Técnico de la transnacional MSD, ahora teletrabaja para abastecer a sus colegas que asisten en la producción nacional en granjas, y que el pueblo peruano consume a diario. Entiende que son cambios a los que hay que acostumbrarse y por lo tanto no dejar de disfrutar.
Se ha demostrado que el encierro, una amplia imaginación, y la añoranza de libertad, pueden servir de inspiración para crear obras magistrales. Estar encerrado contribuye a que surja la creatividad. Se sabe que Cervantes escribió parte de Don Quijote estando en cautiverio. Isaac Newton comenzó a pensar en la teoría de la gravedad durante una epidemia, y Nelson Mandela, durante todos sus años en la cárcel, concluyó que solo con la conciliación podía exigir la igualdad de todos los seres humanos. Por lo tanto, apuntan los expertos, aquellos momentos ‘en prisión’ exigen resistencia ante la adversidad y podrían ayudar a superar las angustias.
Para Reyes Macedo, la enseñanza más importante que nos dejará la pandemia, será entender que el mundo es uno solo, que las fronteras las hicieron las personas. Que lo que pasa en lugares tan lejanos como China, puede afectarnos considerablemente. Desea que sus rimas sirvan también para robarnos alguna sonrisa y nos ayuden a reflexionar sobre nuestras vidas.
En cuestiones de salud se están descubriendo nuevos procedimientos y tratamientos para combatir el virus, sin embargo, lo concerniente a la inspiración y el arte recién empieza.
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